viernes, 29 de julio de 2011

José de San Martín: la etapa chilena (6.3)

El 12 de febrero de 1817, el general San Martín ordenó el avance del Ejército de los Andes ante la proximidad del Ejército de los Realistas a las casas de Chacabuco. Se libró la Batalla de Chacabuco. La victoria la obtuvo el ejército de los patriotas. Resultado: 500 muertos, 600 prisioneros, de los cuales, sólo 12 eran bajas de los patriotas.

Batalla de Chacabuco

El 18 de febrero del mismo año se convocó a un Cabildo Abierto propuesto por San Martín como Director Supremo, puesto que luego rechaza para evitar todo clase de sospechas sobre un posible avasallamiento de las Provincias Unidas del Río de la Plata sobre la autonomía de Chile. Dos días después, el Cabildo nombra a O’Higgins como Director Supremo, designación que San Martín avaló sin siquiera pestañear.

Días después, San Martín ordenó a Las Heras que persiguiera a los realistas hasta Concepción, quien no pudo impedir que se atrincheraran en Talcahuano. De todos modos, O’Higgins intentó capturarlos pero fue vencido; para peor, llegaron refuerzos para los realistas desde Perú.

Batalla de Cancha Rayada
Mientras tanto, San Martín viajó a Buenos Aires a pedir más colaboración a Pueyrredón: tenía que formar una escuadra. A su regreso, ordenó a sus hombres replegarse hacia el norte, reuniendo unos 8.000 soldados en las afueras de Talca. Allí se produjo el 19 de marzo de 1818 la sorpresa de Cancha Rayada, donde el ejército unido bajo las órdenes de San Martín fue derrotado cuando realizaba una maniobra nocturna para evitar un ataque. En la oscuridad se generó una gran confusión, ya que tanto los realistas como los patriotas equivocaron sus posiciones. Resultado: los españoles perdieron 300 hombres, pero quedaron dueños del campo y capturaron el parque, fusiles y 26 cañones (lo que moralizó demasiado sus tropas); los patriotas tuvieron 120 bajas, pero la división a cargo de Las Heras emprendió la retirada de manera ordenada, pudiendo así encolumnar y salvar sus soldados y el parque de artillería.

El ejército de los patriotas estaba desmoralizándose pero San Martín no se daría por vencido, seguía siendo IMPARABLE.