sábado, 17 de septiembre de 2016

EL RENACIMIENTO DE UN IMPERIO (EPISODIO #252)


Nuestro zángano atravesaba vientos como un halcón audaz. Pobre aparato, el ave rapaz no tenía pensado picotear un acuerdo de paz. Sin embargo cada vez que lo estaba por capturar, Erchudichu lograba avanzar. Yo no tenía alas, lo quería salvar. Ni siquiera contaba con algo con que disparar. Cerrando los puños intentaba soportar la persecución fatal. Hasta había olvidado la botella y toda su calamidad. Y eso que el mono se dejaba alcanzar porque ni siquiera atinaba a escapar.