jueves, 23 de marzo de 2017

UNA BÚSQUEDA DESESPERADA (EPISODIO #356)


Llevaba el gato en mis brazos flacos. Al igual que yo necesitaba un poco de amparo, pero mi chica había desaparecido sin que yo me percatara de su infausto rapto. ¿La habían raptado? ¡Diablos, ni siquiera sabía qué había pasado! Me reprochaba no haberle expresado lo mucho que necesitaba tenerla a mi lado. Pese a esa delgadez extrema que ya amenazaba con entregarme a los gusanos, la amaba más que a mis brazos, los mismos que me ayudaban a seguir luchando. «Tal vez no debería haberme alejado», me recriminaba sin despegar los labios. El gato ronroneaba, quizá para devolverme el mismo cariño que le estaba brindando. Estaba emocionado. Entre lágrimas escurridizas que, arrebatadas, caían por mis mejillas y saltaban a los pastos, seguía andando. El amor es un milagro que nos puede ayudar a sortear obstáculos. Mi corazón estaba intacto.