sábado, 5 de agosto de 2017

UNA BÚSQUEDA DESESPERADA (EPISODIO #379)


Abría los ojos. Un rostro lampiño, con forma de un óvalo, me observaba sin moverse, inclinado hacia nosotros. Estaba tan cerca de mi cara que respiraba su aliento, con olor hediondo. Medía metro y medio de alto. Era calvo. No tenía nariz, apenas unos orificios, debajo de sus grandes ojos, redondos y brillosos, que relucían en la oscuridad como diamantes preciosos. Su boca estaba abierta. Me había quedado absorto.