jueves, 17 de agosto de 2017

UNA BÚSQUEDA DESESPERADA (EPISODIO #392)


Minutos después —no sé cuántos, porque estaba agonizando—,  las patitas del gato hurgaban en el mismo espacio donde yo seguía enterrado, o sepultado, espantando la muerte pero, simultáneamente, recordando a Sofía, la más bella melodía que su mera existencia significaba para mi agitada vida, porque no había otra como ella, ni jamás la habría. Yo lo sabía, a su lado la vida era pura poesía, y una aventura donde el sol siempre salía. Eso era Sofía.