domingo, 27 de agosto de 2017

UNA BÚSQUEDA DESESPERADA (EPISODIO #402)


Superado el fango, marchábamos. Había soltado el gato. Mis brazos flacos estaban extenuados, y todo mi cuerpo, muy débil y lleno de barro. Daba asco. El suelo estaba seco y era más ancho. Mis brazos ya no rozaban esas paredes que me causaban tanto desagrado. Estaba exhausto. Tenía hambre, sed, y unas ganas inmensas de darme un baño. Aunque fuese en un charco, pero sin barro. Repentinamente, los graznidos del búho me dejaban pasmado. Estaba volando, con sus brillosas pupilas que eran como fanales dorados. Nos rodeaba con su plumaje pardo, revoloteando. Tenía la sensación de que quería revelarnos algo. De hecho se estaba alejando. Nosotros le seguíamos para no perder el rastro.